viernes, mayo 12, 2006

Relato sin usar la letra "U", exceptuando el título y para acompañar las "Q" y las "G"

- No creas que es fácil.- Dijo Hopper dirigiéndose a quien aquella noche le habían asignado como compañero de ronda.- Se requiere gran concertación mental...- Prosiguió al tiempo que cerraba el ojo derecho tras la mirilla del revolver.

- Oh, vamos... No intentes convencerme de lo que es evidente que no eres capaz de... -Sin poder acabar la frase, Jake posó las manos sobre la cabeza como acto reflejo al estrepitoso sonido que provocó el disparo.

Impresionado, más por la distancia que separaba a Hopper de la lata, que por la temeridad del canadiense al realizar tal acto a pleno sol y a no más de 2 pasos de la gasolinera, Jake se quedó sin habla.

- ¡Veinte metros! ¡Sí! ¿Que te parece, eh, novato?- Dijo Hopper acompañando las palabras con sonoras carcajadas.

Sin permitir que el asombro se le reflejara en el rostro, Jake giró sobre si mismo y clavó la mirada en Hopper.

- ¡Felicidades!- Gritó con tono irónico al tiempo que palmeaba las manos.- Así que eso es a lo que se dedican realmente los designados a preservar la ley y el orden...

Hopper, apoyado en el capó del coche sobre la pierna izquierda, sopló con aire pasota ante el comentario del chico al definir que, evidentemente era en pos de haberle desmoronado la vanidad con la que había aceptado el reto.

- Menos charla novato...- Dijo con sorna.- Hay treinta pavos en esa cartera que llevas en el trasero que me pertenecen.

Dolido,
resignado y escarmentado para próximas veces, el joven que tanto parecía prometer en "Scotland Yard", entregó el dinero al canadiense, .

La radio empezó a emitir chasquidos distorsionados y rompió el silencio que se generó mientras Hopper colocaba los billetes que acababa de ganar, en el viejo monedero del que jamás se desprendería por ser regalo de familia.

- Vamos, parece que tenemos faena...

Los dos compañeros entraron en el coche, arrancaron y se alejaron al instante con sonoros silbidos provinientes de la sirena que colocaron en el techo.

Nadie oyó los lamentos de la pobre lata que yacía sobre la arena profiriendo maldiciones sobre quienes habían cometido tal atrocidad. Tan sólo el viento, al pasar a través del orificio de bala, era capaz de entonar el sonido del lamento que la asolaba: "¡Uuuuuh...! ¡Uuuuuh...!"

Fun, digo... Fin.

lunes, mayo 08, 2006

Oh, gran despreciada...: Primeras declaraciones

"Eres más inútil que la primera rebanada de pan Bimbo!", llevo escuchando y sintiéndome acusado por esta expresión utilizada tantas y tantas veces de modo gratuito, desde hace años; sin embargo hoy he decidido descubrirme y romper el silencio que hace ya tiempo me corroe por dentro: "Sí, me gusta la primera rebanada de pan Bimbo!"

Y es que no entiendo que es lo que la gente tiene en contra de ella! Cual es ese aspecto de su ser que la convierte en odiada por tantos, que la hace merecedora de tal desprecio y que tan injustamente la transforma en objeto de tal variedad de insultos y burlas... ¿A caso es que su sabor es diferente al del resto de rebanadas (por las que, aprovecho para decir, siento un equiparable respeto)? ¿A caso no es fruto de un mismo proceso de producción? ¿O es quizás el hecho de tener una constitución diferente a la del resto? ¿De tener uno de sus lados cubierto por completo de ese elemento al que llaman corteza?

Bien sabido es por todos el sentimiento de rechazo que provoca la corteza del pan Bimbo (conocido también, gracias a su aceptación social, como pan de molde) sobre gran parte de los sectores de la población consumidora; rechazo de magnitud tal que ha llevado a reunirse a los equipos de marketing de las empresas productoras con el objetivo de trazar la perfecta estrategia para conseguir su eliminación, que si bien en un principio ha sido sólo parcial, no tardará en ser definitiva.
Imágenes de archivo
Pero digo yo de nuevo: "¿Que tiene de malo la corteza del pan de molde?" Que es eso tan malo que ha iniciado la eliminación de su especie hasta crear una raza perfecta de rebanadas de pan, cuadradas, blancas, más esponjosas que nunca, todas y cada una de ellas idénticas a sus compañeras y lo más importante de todo, sin corteza.

¿A que punto estamos llegando señores? ¿Hasta donde vamos a ser capaces de llevar esta locura, me pregunto mientras saboreo un Sándwich? ¿Cual será nuestro próximo objetivo? ¿Eliminar las pipas del pan de pipas? ¿El muesli del pan integral?

Sea cual sea su elección confío en que será acertada y la mejor para usted. Ahora, y como buen defensor de la integridad del pan de molde, primera y última rebanadas incluidas, me despido no sin antes dejando esta imagen a modo de homenaje, muchas gracias.

viernes, mayo 05, 2006

De como afecta la Perrería a nuestra persona: Apuntes generales

Saben que pasa? Pues que en mi opinión, por mucho que digan los tópicos que el mejor amigo del hombre es el perro, creo que la perrería es uno de los enemigos más voraces que amenaza a la raza humana. Astuta, sabia, sutil... Lleva años observándonos, siglos osaría decir. Nos conoce a la perfección, sabe como encontrar nuestros puntos débiles y como eliminar los fuertes hasta llegar a tener un control absoluto de nuestra persona y hacer que caigamos rendidos inevitablemente ante sus encantos.

Sus métodos son sencillos y sin embargo infalibles, y no precisamente escasos. Es capaz de predecir hasta el más mínimo indicio de intención de movimiento corporal, interceptarlo si define que éste está destinado a llevar a cabo algún tipo de esfuerzo ya sea mental o físico e intercambiarlo en consecuencia por una imperativa orden de retroceso que nos obliga a rectificar nuestra trayectoria en sentido opuesto sin lugar siquiera a reflexión.

No nos engañemos, nadie está exento de su poder. La perrería habita en todos y cada uno de nosotros, y sea más o menos en el fondo lo sabemos. Es pura genética. Nadie, incluida la persona más hiperactiva de la faz de la tierra, está exento de caer en sus garras, si bien es cierto que la perrería no acostumbra a sentirse cómoda en cuerpos hiperactivos, digamos que... no consigue trabajar a gusto. Lo único que consigue es que, el indivíduo, sumido en un estado de necesidad incesante de actividad física, no entienda el por qué de su conducta, si en realidad lo que desea es no hacer nada. Ciertamente, debo reconocer que dicha situación, gracias a la gran carga de ironía que conlleva, llega a divertir en cierto modo a la perrería.

Señores, llevo 24 años conviviendo con la perrería, y después de todo este tiempo, he llegado a la conclusión de que no hay ninguna posibilidad de deshacerse de ella. Forma parte de nosotros. La heredamos de nuestros padres, y ellos de los suyos, y nuestros hijos la heredarán de nosotros. Jamás, y bajo ninguna circunstancia abandonará nuestros cuerpos; aunque consigamos hacerla caer en el más profundo y cruel de los olvidos ella seguirá ahí, esperando su momento con inquebrantable paciencia, agazapada en lo más profundo de nuestro ser consciente de nuestro desprecio hacia ella, pero no por eso desistirá en su empresa, al contrario, vivirá y morirá con nosotros pase lo que pase.